lunes, 17 de marzo de 2014

Un Caso Global

En todo el mundo diferentes comunidades motivadas por luchar contra la delincuencia, se han organizado formando grupos informales para proteger a la comunidad. Argumentan que las fuerzas de seguridad están ausentes o son insuficientes. A menudo tienen el apoyo del gobierno, otras veces, a pesar de sus nobles intenciones, estás organizaciones pueden plantear un desafío para la autoridad y la legitimidad del estado. En algunos casos, han operado sin supervisión y han matado indistintamente miles de personas ó desplazado inocentes de sus tierras.

Las Autodefensas Unidas de Colombia, por ejemplo, entraron en existencia para proteger a las comunidades rurales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, pero con el tiempo se fueron transformando en una red paramilitar que cometía masacres, vendía drogas ilegales y se dedicaba a la corrupción en sus más altos niveles. Los Grupos de Defensa han demostrado ser vulnerables a caer en la tentación de la corrupción y el poder. Los grupos que se establecen para proteger a sus comunidades, pueden violar el bienestar de las comunidades vecinas.


Por el otro lado, sería absurdo descartar la utilidad de estos grupos en algunas ocasiones, existen investigaciones que sugieren que cuando los estados no quieren proporcionar seguridad local, estos grupos serían una solución imperfecta pero eficaz. Estas fuerzas son más baratas y fáciles de entrenar que a la policía y pueden aglutinar gran número de hombres motivados por proteger a sus familias.
En lugares como Afganistán  y Sierra Leona, éstos grupos son dirigidos por los líderes de la comunidad y  los grupos vecinos dependen unos de otros para proporcionarse información y  material de apoyo. Cuando el estado colabora con los grupos paramilitares, los puede utilizar para llegar a las comunidades aisladas y prestar servicios públicos.



En los casos globales, estos grupos pueden ser útiles cuando los gobiernos los incorporan en una estrategia planeada y nacional. Tal es el caso de India, en la década de 1980 y 1990 cuando el estado indio de Punjab fue sacudido por la insurgencia sij, la policía logró calmar los disturbios en coordinación de fuerzas voluntarias. Estás fuerzas eran dirigidas por la policía de Punjab que formo unidades de voluntarios. A cada unidad se le brindo armamento, apoyo y una tarea en específico.  A diferencia de lo que está ocurriendo en nuestro país, en India las fuerzas ciudadanas fueron organizadas por el gobierno, su éxito nos demuestra que los Estados pueden hacer buen uso de los grupos de Autodefensa, si se llegará a prestar la situación.

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